La salud mental es cosa de todos

La salud mental, ese gran desconocido, invisible a los ojos, pero que tanto poder tiene sobre nuestras vidas.
No es algo que solo unas personas ajenas a nosotros tienen mal, es algo que todos debemos cuidar, para poder estar y seguir bien. Algo que debemos comprender, para ofrecer el apoyo que las personas próximas a nosotros necesitan, para que sepan que nos pueden hablar sin que les vayamos a juzgar.
Porque la salud mental es invisible a los ojos y no se le puede poner un cabestrillo, como a un brazo roto. Requiere de su propio especialista, psicólogo.

Es importante que comprendamos que es nuestra responsabilidad ir «al médico que nos podrá curar», como haríamos con un resfriado, o un esguince, y no somos menos válidos por ello.

Muchas personas se sienten mal por convivir con una o varias enfermedades mentales y además lidiar con los prejuicios de la gente.
Desde aquí os invitamos a ser parte de una comunidad más respetuosa, más comprensiva, porque la vida ya es bastante montaña rusa como para que le revolvamos el estómago a personas que, como nosotros, hacen lo que pueden con lo que tienen.

 

Un paseo hacia el pasado

¿Recordáis nuestros inicios? Háblame, antes de llegar a ser asociación empezó como movimiento. Si ya nos conocíais, seguramente formasteis parte de nuestra andadura y lo que vamos a compartir os traerá recuerdos llenos de buenos sentimientos a vuestra memoria, sino, es vuestra oportunidad de conocer nuestras raíces. Sea como fuere, por favor, acompañadnos por este breve viaje al pasado.

Si has leído un poco de la historia de Háblame, sabrás que en un inició nació como movimiento, después de que una amiga que teníamos en común quienes fuimos los pioneros, se quitase la vida.

Fue así que, tras una acción tan irreparable y devastadora, decidimos hacer algo, buscar la manera de transformar una situación que nos rompía.

Y eso fue justamente lo que hicimos, compartimos mensajes positivos, de esperanza, movimos bastante las redes sociales, y nos esforzamos por buscar la manera de transmitir, por medio de actividades, mensajes que sanasen y fortaleciesen a las personas.

Eso nos llevó un buen día de diciembre (el 21, para ser más precisos) a la escuela de arte de Alcoy, ¡el primer acto que tuvimos! Una simple mesa entre varias con pulseras de hilo rojo hechas por nosotros, un mensaje de Háblame impreso en páginas para compartir, muchos nervios y ganas.

Hablaré ahora en primera persona, porque es mi experiencia la que puedo compartir.
Empecé siendo una joven inexperta, con sueños de escritora, mi vida dio un giro de 180º de una manera dolorosa que me hizo reaccionar ante la vida. Todos los principios que conocía, con los que había crecido y en los que tanto creía, serían aquello que podía aportar al movimiento. Algo que consideraba tan básico como esencial y  escaso, como las personas me recordaron con sus actos.
Así que me levanté por mi amiga perdida, me levanté por todas las personas que habían sentido que la muerte era su única salida, por las que la desesperanza, la ansiedad y el estrés amenazaba su luz interior y por aquellas que habían perdido personas queridas o podrían hacerlo.
Ya no se trataba de vivir de acuerdo con mis principios, sino de ir un poco más allá y tratar de transmitirlos e invitar a vivirlos de una manera absolutamente activa.
Esto me llevó ni más ni menos que a Barcelona, a un evento llamado LoveFanFest, cuando uno de los que fueron mis compañeros me habló de un chico de una ciudad cercana que había perdido a su novio y deseaba que Háblame hiciese algo por apoyar al colectivo.
Así que ni corta ni perezosa tomé rumbo al evento más próximo, los días 22 y 23 estuve en esa hermosa ciudad a la que había ido con cierto temor después de tratar sin éxito que mis compañeros me acompañasen o me diesen indicaciones de qué hacer. Después de todo, era yo, una sencilla personita con tantas buenas intenciones como inseguridades.
Iba a un festival a hablar de suicidioNo os imagináis lo mucho que esa frase rondaba mi mente, tratando quizá de desalentarme.

Y el persistente miedo de que me cuestionasen qué hacía ahí y que idea tenía yo de todo aquello y qué pretendía llegó a hacer que tuviese que llamar a mi hermana en medio de una ataque de ansiedad desde el albergue en el que me quedé, pero también había hecho que investigase, muchísimo, para conocer las circunstancias del colectivo, de la presión de la sociedad sobre personas que tan solo querían ser, más allá de prejuicios y cánones que a más de uno han forzado a pasar por un aro estrecho e incómodo y que para otros ha representado el aro en llamas sobre el que se lanzan leones domados.
Cual fue mi sorpresa cuando las personas, tan maravillosas y llenas de luz como eran, me recibieron con los brazos abiertos y con la fuerza de quien conoce unas circunstancias terribles y no se entristece y atasca en su dolor, sino que se sobrepone y con el mayor de los amorosos entusiasmos quiere hacer algo.
Fui queriendo ayudar, pero fue a mí a quien ayudaron.

Volví con confianza,  apreciando mis capacidades, y viéndome desde otra perspectiva, era capaz de hacer cosas tan buenas sola si abandonaba las dudas. Y definitivamente quería compartir esa fuerza y calidez llena de amor que me habían transmitido. Había mirado el tema del suicidio con respeto y temor, sin saber muy bien cómo tratarlo, ahora había aprendido un nuevo camino para enfocarlo, desde el entusiasmo de quien, aun entendiéndolo, quiere, con una contagiosa y positiva energía, hacer algo.
Eso me llevó a empezar a leer El Principito, ¿vacaciones? ¿Qué eso? Yo disfruté lo justo de la playa y sus alrededores cuando fui a visitar con mis abuelos a mis tíos y mis primas en Gandía, y en ese ambiente tan cariñoso y saludable, pude encontrarme a mí misma sacando dinámicas de las diferentes partes del libro, siempre esas actividades con un trasfondo y un objetivo claro para ayudar a los participantes que las realizasen.
Pero no fueron las actividades de El Principito lo siguiente que hice, sino un taller de papel reciclado, ¿y creéis que se trataba solo de una actividad sin más? Por supuesto que no, aquí hasta los veganos buscan qué poner en el asador, porque las experiencias hay que aprovecharlas y aprender de ellas. Y fue así que senté las bases de lo que, aún no sabía, se convertiría en la asociación Háblame, buscar en actividad un ejercicio de reflexión que llevase a las personas a utilizar las herramientas necesarias para cuidarse así mismas y a los demás.
Y para quienes aún os preguntéis cuándo retomé esas actividades de El Principito que preparé con tanto cariño os desvelaré que no ha sido hasta unas pocas semanas cuando he tenido la ocasión de llevarlas acabo, en una acampada que hicimos en Gandía para presentar Háblame como asociación.
Os doy un momento para que lo rumiéis, yo de vez en cuando también lo necesito.
Háblame sigue rodando por esta carretera que es la vida, y lo hace como asociación, con tanto por aprender como por hacer.
No entraba en mis planes, nunca sabía que llegaría a ser mi prioridad, pero aquí estoy, cada día, y de verdad que no os hacéis ni idea todo lo que he pasado para llegar a estar aquí, compartiendo estos recuerdos por lo que supone es el aniversario de Háblame como movimiento, unos días que han quedado marcados dentro de mí y que me recordarán la nobleza de lo que estoy haciendo y precisamente debo esforzarme tanto.
Muchísimas gracias por haber sido tan valientes de llegar hasta aquí. Es una evolución, pero solo el principio.

Presentación de Háblame como Asociación

¡Al fin!

Por fin, tras meses de esfuerzo y secretismo, por fin podemos anunciar cuál será la actividad con la que inauguraremos Háblame como asociación.

Aprovecharé para comentar un poco cómo nació y trabajamos esta idea mientras mantengo el suspense.

Y es que, esta actividad ya estuvo en la mesa cuando éramos tan solo un movimiento, y hubiese estado prevista para el verano pasado, pero, circunstancias de la vida, no pudo ser. ¿Y qué pasó? Pues que fue una pena, todo preparado, tantas ganas, la posibilidad pudiendo ser una realidad… Y lo que pasamos fue por un proceso de tremendos cambios que nos han llevado aquí, ahora, a ser una asociación.

¿Qué os quiero decir con esto?

Pues que si doy tanto la chapa (porque la doy y lo sé) sobre aprovechar cada oportunidad de una manera positiva, ya sea para aprender una lección, transformar nuestras circunstancias, fortalecernos… Es porque durante este tiempo he tenido la oportunidad de hacerlo en múltiples ocasiones, y esta fue una de ellas.

Puse la actividad sobre la mesa, y aunque me entristeció sumamente que se descartase, aquí estamos hoy, un año más tarde, habiendo preparado de principio a fin… ¡Una acampada de convivencia!

Así es. Será la primera de muchas (espero) futuras actividades que realizaremos como asociación, aunque, es verdad, esta es y siempre será especial para nosotros porque es nuestra presentación, y de aquí hasta las estrellas, que se suele decir.

Pero vamos al grano, la información: ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Por qué?

Vamos por pasos. He mencionado que esta actividad podría haberse realizado el año pasado, ¿verdad? ¡Pues sorpresa! Será en el sitio Cartel acampada de convivenciaque tenía previsto es aquella ocasión, en El Casal Joves de Gandía, pues nos han brindado la oportunidad de realizarla en su recinto. La diferencia son las actividades, que serán muy diferentes pero igualmente maravillosas, os lo aseguro… Bueno, eso os lo dejaré a vuestro criterio mejor. Lo que sí os puedo asegurar es que han sido elegidas e incluso creadas con todo el cariño y la ilusión. Vamos, como todo lo que hacemos desde la asociación, no podía ser de otro modo.

¿Y cuándo? Los días 7 y 8 de septiembre (2019), y las actividades darán comienzo a las 17 con una bienvenida llena de comida y buena compañía.

Importante mencionar también que la actividad será gratuita.

Todo esto será posible gracias a vosotros, si os animáis a participar y ponéis un poco de vuestra parte para respetar el establecimiento, a los demás participantes y a la propia organización.

¿Y por qué lo hacemos? Por ti, siempre por ti.

También está la cuestión del dinero

Uno de los primeros pasos también es elegir un banco en el que poder crear una cuenta corriente como asociación.

En nuestro caso, fuimos a varias en persona, con no demasiada suerte, ya que nos ofrecían tan solo cuentas de empresa con las condiciones no muy fáciles de cumplir que ello conlleva.

La gente piensa que las asociaciones deben contar con fondos importantes a la hora de crearse, pero lo cierto es que la nuestra no se ha iniciado con mucho, y las alternativas que nos ofrecían off the record eran algunas trampas que, en nuestro afán por luchar conscientemente por hacerlo todo bien (que sin sentido, una asociación como la nuestra, si nuestros valores morales son moldeables) no aceptamos.

Ahora, algunas de las cosas que aprendimos a tener en cuenta fueron por ejemplo si la cuenta tenía gastos de mantenimiento, si era mancomunada o no, el precio de la tarjeta de débito, si permitía domiciliar gastos, comisiones de gestión, costes de transferencias… Y aunque vimos algún que otro proyecto interesante, finalmente nos decidimos por una cuenta bancaria online.

La piedra angular

Si el cemento es el Reglamento de Régimen Interno, los ladrillos son los asociados, y se podría definir a la Junta Directiva como la piedra angular que la pieza clave que mantiene todo en su lugar, siendo, evidentemente, cada socio parte importante. Es por ello que es tan importante construir un equipo que sea capaz de crear una dinámica de funcionamiento y encauzar sus esfuerzos hacia un objetivo conjunto. Y esto, desde mi breve experiencia, comienza desde la voluntad de cada uno por involucrarse y por organizar sus prioridades, ya que no es lo mismo ser socio de una asociación, que pertenecer a la Junta Directiva. De la misma manera, las necesidades de implicación y desempeño variarán según el tipo de asociación que se esté llevando a cabo, pero siempre es muy importante recordar que es una responsabilidad y un gran compromiso que no se debe tomar a la ligera, a menos que se vaya a responder y, por supuesto, a cumplir y seguir las normas y principios de la asociación (en los que se debe creer, sino todo resultaría un desastroso sin sentido).

Así pues, el consejo que quiero compartir hoy, es que cada individuo del posible equipo reflexione los puntos que abarcan su nivel de implicación, sus intenciones por valorar y su manera de actuar con vistas a un futuro trabajando en equipo, se hagan una serie de convivencias, para comprobar y trabajar el funcionamiento de equipo a fin de asegurar su buena compenetración. Y a partir de ahí, a avanzar con precaución, teniendo como guía el Reglamento de Régimen Interno.

Conclusión: El equipo que compone la Junta Directiva es muy importante, es un todo formado por individuos, y si cada uno pone de su parte y son capaces de apoyarse y aprender los unos de los otros, es muy probable que todo vaya bien en la asociación.

Recordad: Una asociación es una prioridad a la que te comprometes, requiere tu esfuerzo, tu tiempo y sincera implicación y es una carga compartida, por lo que si todos hacen el mismo esfuerzo, nadie se sobrecarga. Habrá tiempos difíciles, momentos en los que habrá que ceder para llegar a un consenso, pero no siempre deben ceder los mismos, siempre valorar lo que es mejor para los fines de la asociación, y para ello hay que tener muy claro el tipo de asociación que es, su plan de acción y su finalidad, por eso es tan importante que todos los componentes del equipo tengan las cosas claras.

Ahora sí, ¡mucho ánimo rositas!

El cemento es el Reglamento de Régimen Interno

Hola, preciosas rosas,

Hace no mucho os compartía un poco de lo que habíamos llegado a conocer del proceso de creación de los estatutos de una asociación, haciendo alguna que otra vez al Reglamento de Régimen Interno. Pues bien, ha llegado la hora de hablar sobre el tema, ya que es una parte muy importante que se reflejará en el buen funcionamiento de la asociación en cuestión, si bien, como siempre, las personas que lo componen deben esforzarse por una dinámica de equipo fluida para así poder avanzar hacia los objetivos que esta tenga.

Al margen de tecnicismos (de los que está repleto), es el lugar perfecto para desarrollar los principios, objetivos e, inclusive, plan de acción de la asociación.

Cuanto más claro esté todo, mejor, porque cada miembro sabrá a qué atenerse y cómo puede desempeñar sus funciones dentro de los límites razonables establecidos. Ahí es donde entran los detalles que mentaba antes. Especificar los derechos y obligaciones de los socios, de la Junta Directiva, detalles del proceso de inscripción de socios, cuotas a pagar, el tipo de cuenta bancaria para la asociación, plazos para convocar asambleas y elecciones, normas de actividades, especificaciones en cuanto al tipo de patrocinios que se aceptan o no, los motivos y tipos de sanción y cómo proceder en diferentes situaciones, entre otras muchas cosas.

En definitiva, es una ampliación de los estatutos, con la ventaja de que, al profundizar en los principios de la asociación en cuestión, se comprende el código de conducta que deben seguir y eso será crucial a la hora de generar una dinámica de funcionamiento en equipo y tener la mira puesta en un mismo objetivo para poder avanzar a la vez hacia él.

Por qué quiero hacer una asociación

Esta es una pregunta que toda persona a la que se le pase por la cabeza la fugaz o insistente idea de crear una asociación debería meditar detenidamente. Sopesar sus motivos, intenciones, lo que está dispuesto a invertir e incluso los temas que, de alguna forma, escapan a su control. De esto, junto con el formar un buen equipo, depende en gran medida el éxito de la asociación.

Al margen del tipo de asociación sin ánimo de lucro que sea, con sus necesidades específicas, el mero hecho de crear una asociación requiero de ciertos procedimientos para los que hemos de invertir nuestro tiempo y esfuerzo. Es un trayecto que debemos recorrer sabiendo que tendrá sus obstáculos y por ello nunca está demás tener la humildad, ganas de aprender y progresar.

Habiendo superado los trámites por los que se aprueba el registro de una asociación, el día a día, la planificación y desarrollo de actividades requerirá que busques, aprendas, te muevas de aquí para allá… ¡Hagas lluvias ideas! Hay mucho por hacer, y aunque puede ser en ocasiones un poco cansada, frustrante incluso, si tus motivaciones son las adecuadas, el esfuerzo bien te valdrá la pena, para ti será una prioridad y comprenderás que estás haciendo lo que quieres o aquello en lo que crees.

Así pues, te pregunto, ¿qué tipo de asociación quieres hacer? ¿Por qué la quieres hacer? ¿Comprendes el compromiso que supone y la seriedad con la que te lo debes de tomar? ¿Actuarás en consecuencia?

Y antes de ello, te recomiendo una buena sesión de documentación, hay muchos detalles que no conocerás o se te escaparán, y si no cuentas con un presupuesto que te permita contratar a alguien que vele por los intereses de la asociación, eso será cuestión tuya y del resto de la Junta Directiva. Como digo, es un proceso de aprendizaje, nadie nace sabiendo, pero si ya vas con cierta información, te ahorras algunos apuros, que siempre pueden haber, pero para eso está el apoyo de tus compañeros de la Junta Directiva, aunque de eso hablaré en otra ocasión.

¡Hasta pronto, rosas!

Cuándo nace una asociación

Muy buenas tardes, estimadas rosas.

Hoy quería compartir nuestra experiencia sobre un tema en el que yo misma tuve dudas y que también podría preocupar vuestra mente. Y es que, ¿una asociación cuándo nace? ¿Cuando se recibe la aprobación de su registro? ¿Cuando se envían los papeles? ¿O antes incluso, cuando se lleva a cabo la asamblea para su constitución?

Pues bien, aunque si bien cada parte es, por razones obvias, de vital importancia y reafirman el hecho de que una asociación ya se está forjando, puede considerarse una asociación creada desde el acta en la que sus integrantes se reúnen para confirmar que desean crearla y redactar los estatutos de acuerdo con este hecho. Los trámites, por supuesto, a partir de ahí se llevarán a cabo, pudiendo incluso solicitar un CIF provisional desde el momento en el que se tiene un justificante como que ya se ha solicitado la debida inscripción en el registro de asociaciones.

Ahora bien, a la hora de realizar tramitaciones futuras, como el CIF definitivo, la creación de una cuenta bancaria, la solicitud de firma digital y demás, es un punto que debe tenerse muy claro, ya que se guardará la fecha de constitución de la asociación.

Y tan rápido como he llegado, me marcho, muchas gracias por haber dedicado parte de tu tiempo para leer esta breve entrada.

Sin más dilación… Hasta el siguiente paso.

Empezando la casa por los estatutos

Hola rosas

Muchas gracias por venir a leer esta parte de nuestra experiencia que hoy os voy a compartir.

Y es que, uno de los primeros requisitos indispensables para transformar el movimiento Háblame Pulseras en asociación, fue redactar y presentar sus estatutos, lo que supone, junto con el Reglamento de Régimen Interno (del que ya hablaré más adelante) uno de los pilares de lo que será y hará la asociación.

Se redacta conjuntamente con los estatutos el acta fundacional, cuando los miembros de lo que será la asociación se reúnen para determinar que quieren crear una asociación.

En los estatutos deben quedar bien claras ciertas partes, alunas obvias -como la denominación- que la asociación se constituye bajo la ley reguladora del derecho de asociación, la Ley Orgánica 1/2002 vigente mientras escribo estas palabras, esta parte, aunque básica, es importante, cualquier equivocación en el orden de los números, un mal tecleo o confusión con otra ley anterior supondría que os solicitasen una modificación de los estatutos, lo que, después de tres meses de insanamente morderse las uñas, no es lo que un@, a fin de cuentas, espera recibir, ¡y otra vez tocaría esperar!

Lo siguiente es poner el ámbito de actuación, esto viene a situar el ámbito de tus actividades, si bien de manera puntual puedes hacer alguna más allá de tus fronteras, y definirá las ayudas que puedes solicitar, ya sean locales, estatales o nacionales.

¿Recordáis lo que os comentaba del acta fundacional? Pues tanto ahí como en el órgano provisional de gobierno constará… *redoble de tambores* Las personas, que ocuparán los puestos como órgano de gobierno de manera provisional, es decir, hasta que se notifique el registro y se realice la reunión en la que se voten los puestos de manera definitiva durante el plazo -de uno a cinco años, según lo reflejen los estatutos- acordado.

Una vez aclarado esto, retomemos el hilo de los estatutos, toca hablar de sus fines, antes de pasar a las actividades. Es una declaración de intenciones sin fijar detalladamente cada uno de los objetivos, pues eso puede exponerse más profusamente en el Reglamento de Régimen Interno. Ahora sí, pasamos a las actividades, lo que supone una parte importante. Aunque te solicitan concretar bastante, no hace falta detallar el nombre y definición de todos los talleres y actividades que vayas a hacer, porque sería una ardua tarea digna de encomendarse a Ulises, lo que sí debe constar, ante todo, es que serán de acuerdo con la ley previamente mencionada, porque aunque somos buena gente y eso se sabe, las administraciones no te/os conocen, y debéis confirmarles que actuáis de buena fe. Así pues, repasemos, podéis poner que haréis talleres, conferencias y actividades varias lo que viene siendo de manera abstracta, para no cerraría puertas, siempre y cuando recordéis redactar que toda actividad se llevará a cabo mediante el cumplimiento de la legalidad vigente reguladora de cada una de ellas.

Admito que los apartados de fines y actividades eran los que más inmersa me tenían, llegando a preparar varios borradores de los mismos. Finalmente opté por algo más sencillo y general, después de eso, redactar las condiciones de las convocatorias de asambleas, condiciones para el ingreso de socios, derechos y obligaciones, sanciones y demás es bastante genérico, pudiendo, como digo, desarrollar cada parte en el Reglamento de Régimen Interno, de lo que hablaré en una futura entrada.

 

Y sin más dilación, concluyo esta entrada que habéis sido tan amables de leer.

Muchas gracias, y… A por el siguiente paso.

El movimiento Háblame Pulseras evoluciona

¡Hola bella rosa que está leyendo esto!

Primero que nada, darte las gracias por tu tiempo, sé que, en estos días de tanto frenesí, es un esfuerzo considerable leer textos de más de dos párrafos. La brevedad no es sinónimo de mi persona, pero haré una pequeña trampa al respecto, y es que esta es la primera entrada que escribo, pero dividiré por partes esta introducción.

Algunas personas ya conocéis el movimiento Háblame Pulseras por actividades realizadas con anterioridad, un movimiento nacido a finales de 2017 cuando, ante la pérdida de un amiga por medio del suicidio, un grupo de sus amigos en común, decidimos que debíamos hacer algo al respecto. Fuimos barajando posibilidades, algunos querían crear algo de un solo día, otros se inclinaban en favor de la durabilidad del proyecto… Y así fue que, tras un largo recorrido de logros y penurias y un gran proceso de aprendizaje, aquí estamos quienes perseveramos en nuestra fe por este bonito proyecto, fe en nuestra capacidad como seres humanos de sacar algo positivo y de provecho de cada experiencia, por dolorosa que esta sea.

Y es así que compartimos que estamos en el proceso de inscripción como asociación.

En los próximos meses habrá bastante silencio por nuestra parte, pero no penséis que es un final, es un nuevo comienzo, cuando llegue el tiempo propicio, resurgiremos cual ave fénix, para seguir acompañándoos como empezamos a hacer en 2017.

Queremos daros las gracias por haber estado con nosotros durante esta intensa experiencia, y deseamos que sigáis con nosotros en este recorrido, al igual que les damos la bienvenida a quienes ahora empiecen a conocernos.

Como he dicho, más adelante compartiré la historia de Háblame Pulseras, nuestra visión como Asociación… De momento, un fuerte abrazo y que se os hagan leves las espinas.

 

Asociación para la prevención del suicidio

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